Los hijos heredan el sufrimiento de los padres
Este titular abre el artículo que apunta a la herencia epigenética como uno de los principales factores relacionados con la salud y la supervivencia del individuo. El estudio llevado a cabo por un grupo de econonomistas de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) pone de manifiesto cómo la supervivencia y de las condiciones de vida de los descendientes de los prisioneros de la Guerra de Secesión estadounidense, estuvo marcada por la experiencia de sus padres.
Si bien el artículo hace hincapié, como muchos otros estudios sobre epigenética, en la influencia que tuvo la alimentación y las condiciones de higiene y asepsia, lo cierto es que deja en el aire unas cuestiones que siempre son más difíciles de encuadrar en las investigaciones cuantitativas debido a su complicada cuantificación por la complejidad de sus variables e interacciones.
Algunas de estas preguntas serían las siguientes:
Sabiendo que el estrés emocional afecta al sistema endocrino (por ejemplo, los endocrinos tienen bien tipificado el síndrome de agotamiento de las glándulas suprarrenales al que denominan “síndrome del ejecutivo”) y sabiendo que cualquier prisionero de guerra está expuesto a él, ¿qué tipo de alteraciones fisiológicas se deberían a ese estrés y no sólo a factores alimenticios? Y, dichas alteraciones, ¿a qué tipo de herencia epigenética darían lugar?
¿Los cambios bioquímicos, fisológicos y patológicos derivados del estrés emocional y social de los prisioneros sólo darían lugar a una herencia epigenética de los elementos físicos o esos cambios estarían también asociados a la herencia de la información de las vivencias del estrés?
Parece que la epigenética, aunque intente mantenerse dentro de unos límites muy reduccionistas para no levantar mucha controversia, vuelve a poner sobre la mesa cuestiones que el darwinismo intentó cerrar pero que quizá necesiten una revisión desde las perspectivas de la biología sistémica, los paradigmas de la complejidad, de los sistemas complejos o de las estructuras disipativas de I. Prigogine.